Tú

Siempre los demás.
El mundo entero contaba más que la libertad propia.
Ése es el error, la hipocresía, vivir para ellos en vez de hacerlo para nosotros mismos.


Estás a punto de hacer algo, piensas que es lo correcto. Pero de repente ves como las miradas se clavan en ti. Notas que te están juzgando y comentando que no estás actuando bien. Empiezas a pensar que si lo haces, cambiará la percepción que ellos tienen de ti. Que no te aceptarán, que te darán la espalda. Tienes miedo de ser tu mismo, porque piensas que no les va a gustar descubrir quien eres realmente. Por eso te acoges a esa idea que los demás tienen de ti, porque te da miedo que te castiguen por ser alguien diferente. Porque no puedes soportar la idea de estar sola y prefieres renunciar a tu verdadera identidad con tal de tener gente que te apoye. Sabes que no te aprecian por lo que eres, sino por lo que creen que eres, por esa idea que se han formado de ti por la manera en que has actuado en ese momento. No te encuentras a gusto, pero la soledad no es una opción, no es una alternativa. 
Pero en algún momento tienes que romper con ese círculo vicioso. Que quizá estén juzgándote, pero tu también tienes el poder de juzgar, que tú eres tú y no puedes ocultarlo por mucho que lo intentes. 
.Aprender a ser fiel a uno mismo y a sus opiniones no significa que dejara de preocuparte lo que decían los demás, sino a no dejar que eso te frene. Que claro que siempre te van a importar las opiniones de los demás, pero no te importarán tanto como la tuya. 

Amigos?

Pensamos que la amistad es algo estático, ajeno a los vaivenes de la vida, que una amistad se va a mantener igual a pesar de que las dos personas implicadas en la relación cambien. Pero no nos damos cuenta, de que si cambian las personas, las relaciones se ven obligadas a cambiar, que cada uno toma su propio camino y toma las decisiones que le convienen, sin pararse un minuto a pensar si van a afectar a las personas que quieres. Y muchas de esas decisiones son compatibles con el arquetipo perfecto de amistad, pero otras no lo son. Y cuando dejan de serlo, es entonces cuando se tiene que valorar que es lo que de verdad merece la pena, si la amistad o uno mismo. Y por desgracia, suele ser uno mismo. Porque ese modelo de amistad para toda la vida que nos venden en las series y películas no existe, y aunque parezca tan real cuando lo estás viviendo, al final acabas eligiendo pensando en ti mismo.
Está claro que las personas sienten cariño por las personas afines, con la gente del día a día, y más si esas personas han estado acompañándote en tu vida. Es difícil desprenderte de las personas que han protagonizado tu pasado y que tú pensabas que lo harían en el futuro, de gente que te conoce y te quiere con todos tus errores y tus aciertos. Gente que te puede aconsejar, pero no te juzgará. Pero si tienes que elegir entre esa gente y tu familia, tú mismo o tu pareja, te puedo decir a priori quien va a salir perdiendo. Quieres creer que si alguna vez necesitas separarte de esas personas, cuando vuelvas van a estar ahí. Porque al igual que tu elegiste separarte, ellos habrán elegido su camino, sin pensar un momento si vas a volver. Y quizás vuelvas, y no estén. Ellos han elegido igual que tú. Han priorizado su vida a la tuya, al igual que tu hiciste. Es lo normal.
Porque en el fondo la mayoría de personas primero pensamos en lo que nos conviene a nosotros mismos, y posteriormente sopesamos las consecuencias. Es triste pensar que si las cosas se tuercen las personas van a salvar su propio pellejo. Que esas "consecuencias" probablemente sea sacrificar una amistad con tal de no salir perjudicados ellos mismos.
Solo los verdaderos amigos, son capaces de pensar por dos, de actuar por dos y hasta de mantener una relación por dos. Estos amigos, más que amigos, son hermanos. Que no digo que de vez en cuando piensen por si mismos y puedan llegar a lastimarte, pero estos verdaderos amigos jamás harían nada que pudiese herirte a sabiendas, y hacen todo lo posible por arreglarlo. No me gusta llamar a esto amistad, porque la amistad es un lazo muy débil e inconstante, esto es una hermandad. Donde los sentimientos son recíprocos a pesar de que la amistad haya cambiado, y si por algún motivo esas personas se separan, siempre tendrán un hueco en el corazón para la otra persona. Que si no están juntas esas personas, sienten que falta algo en su ser.