Tanta tierra baldía
tan retorcidos los caminos
tan lastimeros los aullidos
que preceden al olvido.
Tanta furia desgastada
en el ocaso del alba
la bailarina ya no baila
en su jaula de hojalata.
Tantos condenados en tus ojos
como un barco que encalla
contra la luz de tu luna
contra los bajos de tu falda.
Que muralla más alta
custodia tus ojos negros
¿Qué valiente caballero
osará adentrarse en ellos?
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